Soy feliz siendo mamá y en mis casi 11 años siendo mamá nunca me he sentido tan insegura de mi rol como ahora. Tengo miedo de lo que viene, de lo que el mundo tiene para ofrecer a mi pre adolescente…las drogas, el alcohol, la música,etc. Todo eso me aterra, es un mundo que yo conocí poco. Seré talvez un poco exagerada, pero me asusto de oír las historias de los niños y niñas de 15 años y sus «juntes».
Juntes de niños y niñas desde 14 años en donde están expuestos al licor y lo más triste de todo es que lo consumen con consentimiento y conocimiento de los papás. Díganme si no es de morirse de miedo.
Yo tengo muy clara mi postura en cuanto al licor y los menores de edad.
En primer lugar es ILEGAL vender o dar licor a un menor de 18 años.
En segundo lugar, a esa edad los jóvenes son capaces de pasarla feliz en una fiesta sin necesidad de tomar.
Y en tercer lugar, el desarrollo físico, sobre todo del cerebro, se ve afectado grandemente por el consumo de alcohol y drogas.
¿Ya tengo su atención?
Esto y otros datos lo aprendí en una charla de Stephanie Estrepiño a la que asistí hace poco.
En esta charla Stephanie hablaba de cómo «conectar» con los pre adolescentes y adolescentes, tomando en cuentas la etapa tan difícil por la que atraviesan.
Recalcó sobre las cuatro crisis por las que pasan durante esta etapa y lo difícil que puede ser para ellos.
1. Crisis de identidad: ¿quién soy? ¿qué quiero ser?
2. Crisis Social: no me quieren, no tengo amigos
3. crisis de autoridad; los padres dejan de ser ídolos
4. Crisis sexual: ¿será que le gusto? Inseguridades
Entre las sugerencias que mencionó para buscar la comida conexión estaban:
1. Involucrarse y acompañarlos: a veces no toda la comunicación debe ser verbal, con tan solo sentarse con ellos a ver televisión ellos pueden sentirse acompañados. Debemos saber en donde está y con quién están para evitar la autonomía prematura.
2. Generar vínculos: debemos crear rituales de familia para crear identidad familiar, en donde se sientan felices y seguros.
3. Contagiar optimismo: muchas veces transmitimos nuestro miedo a nuestros hijos y los limitamos a que experimenten por ellos mismos. Como padres no debemos ser perfectos, pero si auténticos.
4. Identificar sus emociones: en esta etapa los jóvenes experimentan muchas emociones que generalmente no saben expresar y mucho menos manejar. Como padres debemos buscar entenderlos aunque para nosotros el problema que enfrentan no sea problema. Según Stephanie las emociones nos permiten saber cuando algo es valioso.
Algo que me llamó mucho la atención fue el tema de control parental y como muchos papás creemos que mientras más amigos somos de los hijos, más confianza tendrán en nosotros. Tenemos que tener claro que el rol de PADRES es muy diferente al rol de AMIGOS. No podemos pretender ser simplemente amigos de nuestro adolescente, porque en realidad lo que necesitan es que actuemos como padres que establecen límites, reglas, acompañan y se involucran.
Stephanie realizó un ejercicio con los asistentes al taller y nos hizo estas preguntas que les dejo para que ustedes verifiquen que tan involucrados están con sus hijos.
Si les hicieran estas preguntas a sus hijos, ¿Qué contestarian?
1. ¿cuán atentos están tus padres a lo que haces en el colegio?
2. ¿Alguno de tus padres se fijan en los programas que ves?
3. Durante el fin de semana tus padres te controlan la hora de llegada a casa?
4. En una semana normal ¿Cuántas veces se sientan a comer juntos?
5. En general ¿Tu dirías que tus padres conocen a tus amigos?
Espero les ayude esta información. Si quisieran ampliar sobre el tema pueden contactarse con La Ce Cowork, grupo que organizó esta plática.
Besos,
Happy mode On! 